Estamos de vuelta con la
segunda parte de la
fiesta de detectives que preparamos para el cumpleaños de Sofía.
Pues bien, una vez teníamos una
idea general de lo que queríamos hacer, gracias a la inspiración en
Pinterest y a la lluvia de ideas que habíamos realizado, nos pusimos a
buscar cosas que nos sirvieran para montar la
mesa misteriosa, y aunque parezca increíble localizamos todo esto, sin tener que comprar nada de nada:
- Una máquina de escribir antigua
- Una lámpara de mesa
- Un teléfono de baquelita
- Una maleta de cuero
- Una radio enorme
- Libros de misterio
- Lupas
- Un reloj antiguo
- Un escritorio de madera
- Una cámara de fotos
- Un afilalápices
- Unos candelabros
- Una manta de viaje
Para la pared, encontramos un
papel de regalo en color gris lleno de letras, interrogaciones y bigotes, así que venía que ni pintado.
Encima colocamos una
gran interrogación y llenamos de
huellas la pared. Las había hasta de perro, y de pirata, e incluso una huella sin zapato (ahí ya desvariamos un poco… je, je)
Sólo faltaba colocar un
tablero de corcho donde colocar fotos de sospechosos y algunas pistas.
Lo más laborioso de todo, fue pensar
el misterio que habrían de resolver, pero al final salió la historia y, en total secreto, preparamos un
montón de pistas que poco a poco había que ir desvelando, gracias a las velas, las lupas, algún espejo y, por supuesto,
su gran inteligencia.
El mismísimo
Sherlock Holmes les escribió una carta donde planteaba un enigma a resolver en siete pasos. Una pista les conduciría a la siguiente y así hasta resolver el
misterio final.
Fue una tarde muy divertida, que rematamos con una tarta, unos bizcochos y un buen vaso de
chocolate caliente, recién traído del puesto de chocolates que montamos en el otro extremo de la sala.
Y de
recuerdo se llevaron hasta un
recortable muy chulo y muy retro.
Bueno, pues
si quieres una fiesta parecida, te hemos dado un montón de pistas, o quizás
¿prefieres que te la organicemos nosotras?
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